Pese a las críticas y reclamos, el Gobierno de Lacalle Pou afirma que el impuesto al turismo fluvial no es excesivo
Remo Monzeglio, subsecretario de Turismo, se refirió al nuevo impuesto fluvial propuesto por el Gobierno de Luis Lacalle Pou que pretende cobrar 2,10 dólares más IVA para quienes ingresen y salgan del país por los puertos uruguayos y aseguró que no le parece exagerado ya que contribuiría a mejorar el servicio.
Según expresa el documento de licitación pública internacional 19/2022 aprobada por el presidente Luis Lacalle Pou, el impuesto aportará a sostener el servicio de seguridad. En coincidencia con el documento, Monzeglio aseguró en el programa Arriba Gente en Canal 10 que no le parece exagerado agregar 2 dólares “para sumar un servicio mejor y más moderno"
En este sentido, el subsecretario se refirió al contexto internacional y remarcó que el mundo está cambiando y que muchos países se encuentran aplicando este tipo de medidas debido a que se están dando un aumento de costos en un marco donde "el turismo masivo, depredador, está de vuelta". El jerarca trajo el ejemplo de la ciudad italiana de Venecia donde se le cobra un impuesto a las personas que la visitan pero que no pasan la noche allí.
Las objeciones a la tasa
La resolución firmada el 5 de septiembre supuso objeciones tanto por parte de las dos empresas que acudieron al llamado de licitación —objeciones a las ofertas de sus competidores—; como por Buquebus y Colonia Express, las dos firmas de transporte fluvial de pasajeros que operan en el Río de la Plata y que, una vez puesto en marcha el sistema de control fronterizo, deberán cobrar el “servicio de seguridad” por los controles migratorios.
En este sentido, para las compañías fluviales la medida es “discriminatoria”, porque no se grava el transporte aéreo ni el terrestre.
Sin embargo, el presidente y el ministro decidieron avanzar con la adjudicación “de acuerdo a lo sugerido por la Comisión Asesora de Adjudicaciones”, sin hacer lugar en esta instancia a las peticiones formuladas.
Por su parte, el TCR observó en dos ocasiones el proceso: la primera vez, con cuatro objeciones; y las segunda, con tres.