Uruguay tiene la moneda más sobrevaluada del mundo, según el último Índice Big Mac que publica The Economist. De acuerdo a ese indicador, el tipo de cambio implícito es de 46,38 pesos por dólar, que sería el valor de equilibrio a largo plazo de la divisa en el mercado local.

El atraso cambiario viene dominando las discusiones en torno a la competitividad en Uruguay. Desde los productores rurales hasta la Unión de Exportadores, pasando por la Cámara de Zonas Francas, han alertado sobre el impacto que la apreciación del peso tiene en sus actividades.

El miércoles, las Cooperativas Agrarias Federadas (CAF) se sumaron al reclamo y manifestaron en una reunión con el presidente del BCU, Diego Labat, su preocupación por la situación.

Al respecto, autoridades cooperativistas mostraron su disenso sobre que el Banco Central mantenga la libre flotación del dólar. “Ellos tienen la esperanza que el precio del dólar se acomode en la medida que se puedan bajar las tasas de interés en pesos y entienden que no intervenir el dólar es el camino, salvo casos extremos, que para nosotros un caso extremo es que perdamos productores”, dijo el presidente de CAF, Pablo Perdomo, a El País.

Dentro del ámbito rural, son varias las voces que se han levantado frente al atraso cambiario. Según los últimos cálculos de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), el dólar debería apreciarse entre un 15 y un 30 por ciento para cotizar en niveles que oscilan entre los 44 y los 50 pesos. Según la economista del área de estudios agroeconómicos de la entidad, Rocío Lapitz, el cambio real de equilibrio del Banco Central del Uruguay (BCU) ubica a la divisa 15 por ciento arriba de su valor actual; mientras que, tomando el promedio histórico de los últimos 40 años, el desbalance llega hasta el 30.

Por su parte, la Federación Rural, por su parte, calcula que un dólar apropiado estaría en torno a los 40 pesos, mientras que la Sociedad Rural considera que la cotización debería rondar los 48 pesos por dólar.